Todo el que ha tenido la suerte de conocer Cuba sabe que por diversos motivos que ahora no vamos a comentar, la isla es un vergel en el que crecen exuberantes las más diversas frutas.
Hoy ha caído en mis manos un fantástico ejemplar de aguacate cubano, cubano de la mismísima Cuba. Externamente su aspecto difiere de los que solemos encontrar en las fruterías españolas. Lo primero que llama la atención es su tamaño, en este caso de unas tres veces el tamaño de uno normal. Su color es verde clarito, con una piel finísima.
Al cogerlo me he dado cuenta de que el hueso estaba como suelto dentro por lo que he pensado que estaría madurito. Al cortarlo he podido comprobar que efectivamente el hueso estaba separado de la carne y que era también muy diferente a los normales.
La textura es muy mantecosa sin ninguna fibra, la carne presenta una gradación de color desde el verde oscuro en la zona de la piel al verde amarillo en el centro. El sabor me ha resultado muy suave y agradable, sin duda es el mejor que he probado nunca.
He preparado un guacamole muy rico sin mérito alguno porque con esa materia prima sale solo.
No me puedo despedir sin agradecerle a Asun el detalle de regalárnoslo. Muchas gracias Asun, o mejor aún, muchas veces.
Siento que con la emoción se me olvidara hacerle una foto de este fantástico ejemplar, para los más curiosos os queda buscar en las fotos de Google "aguacate cubano", os sorprenderéis.